martes, 11 de febrero de 2014

CONVOCATORIA PREMIO ESTATAL MUJER DEL MAIZ OAXACA 2014

FUNDACION PARA EL DESARROLLO SOCIAL COATLICUE AC En el Estado de Oaxaca existen al menos 18 razas diferentes de maíz, con sus múltiples cruzamientos de las 59 razas de maíz que alberga el país. Sin embargo, se detectó la presencia de maíz Transgénico en el año 2001 en los cultivos tradicionales de comunidades de la sierra norte de Oaxaca, a pesar de esto el Estado de Oaxaca cuenta hoy con una de las gastronomías más ricas no solo del país, sino del mundo, esto debido a una preservación de la cultura del maíz, debido en gran parte a LAS MUJERES DEL MAÍZ, quienes desde los procesos de almacén de las semillas, hasta el proceso de nixtamalización, lavado, molido y cocinado de la masa para convertirla en tortillas, blandas, tlayudas, tamales, téjate o lo que sea según la región y la costumbre del lugar, el trabajo es mucho y las expone a un esfuerzo muy duro. Sobre todo lo que corresponde a su espacio más propio: la cocina. En muchas casas todavía se cocina en fogón abierto, aún en las zonas urbanas las mujeres pasan mucho tiempo expuestas al calor y al humo, al esfuerzo continuo. Además, en municipios del Estado en los que las mujeres han tenido que buscar medios económicos de subsistencia, elaborar alimentos hechos con maíz es una alternativa real. Pero no cualquier maíz, el maíz nuestro, el maíz que sabe, el maíz que se puede tortear adecuadamente, el maíz que nos representa, el maíz del que estamos hechos: somos hombres y mujeres de maíz. Esto último es lo que busca esta CONVOCATORIA MUJERES DEL MAIZ, a fin de que cada año en el Estado de Oaxaca, centro de Origen del maíz, se puedan restablecer los vínculos del campo con la ciudad, de las manos de las mujeres con nuestro paladar, de los saberes, los sabores y la economía local. Y sobre todo Revalorarlas. La importancia de esta convocatoria es que revaloraría cuáles son las situaciones por las que pasan estas mujeres, campesinas, tortilleras, tamaleras, y que gracias a ellas todavía en el Estado de Oaxaca, podemos degustar el sabor del maíz criollo. Muchas de ellas no cuentan con seguro social y caminan largas jornadas para ir a entregar las tortillas hasta el centro de la ciudad. Por lo cual se propone al municipio/Gobierno del Estado de Oaxaca que se celebre cada año una convocatoria para incentivar a las mujeres y se les entregue un premio, de preferencia, económico o un estimulo. Para los Oaxaqueños comprometidos por generaciones con una agricultura responsable, sana para la gente y para el ambiente, el reconocimiento a estas mujeres del maíz, quienes dan el valor de las semillas nativas en los diversos cultivos que comemos, porque ellas sin darse cuenta están preservando esta cultura del maíz, el cual es un asunto de seguridad y soberanía alimentaria. Esperamos la pronta discusión en el Gobierno del Estado de Oaxaca, aprobación, publicación y entrada en vigor de esta convocatoria anual, la cual sería un estimulo y reconocimiento mínimo a las campesinas Oaxaqueñas, cocineras, tortilleras e indígenas de maíz en Oaxaca. Oaxaca de Juárez, Oaxaca, a 14 de Febrero de 2014 Justificación de Motivos: La contribución de la mujer a la conservación de las variedades de maíz en el Estado de Oaxaca, se enmarca en la participación más amplia que tiene en las distintas labores del cultivo del maíz y en la post-cosecha, cuando se toman decisiones con respecto a qué tipo de material genético utilizar. El tipo de agricultura desarrollada en el área de estudio favorece el sistema de policultivo o sistema tradicional, y favorece la conservación del recurso genético maíz. El nivel de involucramiento que la mujer tiene en el cultivo del maíz es muy variado en la Región, variando según la costumbre de la comunidad, su posición en la unidad familiar y el nivel socioeconómico de la familia. Sin embargo, en todos los casos la mujer trabaja directamente en la selección de la semilla para el ciclo productivo siguiente; y en la mayoría de los casos, es la encargada de seleccionar y desgranar las mazorcas y seleccionar específicamente los granos. En algunas localidades el hombre comparte dicha actividad. Indudablemente el maíz es el principal cultivo en el desarrollo de las comunidades y que el mismo es una responsabilidad de tipo familiar, y como tal involucra a todos los miembros de la unidad familiar. Esto depende de las condiciones sociales de cada comunidad, por ejemplo, en aquellas en donde existe una alta actividad artesanal, o donde se hay una gran producción de cultivos comerciales. Sin embargo, ya sea que participe en las labores de cultivo directamente o sólo en las de post-cosecha, en general la mujer en las regiones de Oaxaca es conocedora del cultivo del maíz, y es parte importante en la cultura que envuelve el desarrollo del cultivo por su rol central en el proceso de selección del material de siembra. En las faenas del campo la participación de las mujeres es ardua y constante, en las fases de producción es claro que forman parte durante todo el proceso en proporción similar a las del hombre. Asimismo la mujer campesina oaxaqueña carga con todas las labores domesticas que en el capitalismo son sinónimo de lo que tiene poco valor, porque uno de sus fines del capitalismo es la actividad económica de la producción de mercancías para la obtención de beneficios; las vinculaciones con las formas capitalistas generan un numero de necesidades que solo se satisfacen con dinero, en donde las mujeres campesinas se ven sumamente presionadas por que la cosecha es predominantemente para el consumo de la familia, no se cubre generalmente la inversión en capital y en tiempo, de la unidad familiar de producción, es decir no se cubre el costo de producción, la fuerza de trabajo de la mujer recibe muy poco excedente para cubrir las necesidades de la familia como calzado, vestimenta, educación etc. Los hijos de la mujer campesina cuando son infantes ayudan en las faenas del campo junto con la madre y caminan por lo regular distancias muy largas para llegar a la escuela rural de su comunidad; en la medida que los hijos van creciendo dejan la comunidad y salen a trabajar en los pueblos grandes, en empresas agrícolas, las ciudades e industrias, etc. Algunos emigran temporalmente y muchos ya no regresan, porque la vida en una familia campesina es muy dura y prácticamente carente de oportunidades. Actualmente la relación maíz-mujer es aún intensa, inclusive no es casual que la tierra –madre tierra- y/o la fertilidad de la misma haya sido, y siga, asociada por las culturas mesoamericanas con la figura de la mujer. Aunque la relación tiene diversas formas de aproximación desde las mujeres según su contexto social, económico y étnico, en la mayoría de ellas tienen en el maíz el alimento más preciado para la población mexicana, y en este caso Oaxaqueña. Está por un lado, la mujer urbana de las colonias marginadas de la Ciudad, que va a la compra de las tortillas en las mañanas o al medio día, pero también están las mujeres campesinas o indígenas que ayudan a sembrar el maíz en sus terrenos para poder transformarlo en alimento o de quienes incluso organizadas, impulsan un proyecto sobre molino de nixtamal como una forma de obtener en conjunto una pequeña ganancia a la vez que les sirve para estar organizadas y reconocidas en sus derechos como mujeres en la comunidad. Dentro de los pueblos indígenas, la tierra es madre, es sagrada porque da de comer a hombres y mujeres, está llena de bondades y ayuda a reafirmar la pertenencia de sus hijos e hijas. Es indudablemente esta cosmovisión lo que ha convertido por miles de años, la posibilidad de subsistencia y reafirmación de identidad de los pueblos indios.

No hay comentarios: